Inspirado en la antigua leyenda del Maharal de Praga (Rabbi Loew ben Bezalel), el modelo GOLEM concibe a las empresas como entidades colectivas semi-autónomas con características similares a las de los seres vivos.
Al igual que el GOLEM requería de los cuatro elementos (Agua, Tierra, Fuego y Aire) para cobrar vida, una empresa requiere de cuatro elementos para llevar una gestión y performance equilibrados: Finanzas, Marketing, Operaciones y Calidad Humana, aunados a una buena estrategia de negocios, capacidad de cambio y adaptación brindarán la nutrición necesaria para su crecimiento y bienestar.
“El hombre vive así, gracias al cambio convirtiéndose, en cierto modo, en mercader, y la sociedad misma prospera hasta ser lo que realmente es, una sociedad comercial.”
La diversidad y pluralidad de empresas (Golemim) manifiesta la evolución dinámica de la oferta y la demanda en la sociedad humana, una sociedad que es realmente comercial, los grupos comerciales ejercen una influencia transformativa en el tejido socio-económico cuando dichos grupos cobran consciencia de sí como grupos organizados; i.e. que según esta visión el bienestar humano depende pues de las sociedades comerciales empresariales y no de los gobiernos.